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Compliance: fit for the role?

“Las empresas que realmente buscan sacarle partido al compliance (no uno de papel) deberán procurar que tanto el diseño, la implementación y posterior administración de sus programas, se encargue a quienes realmente tengan los conocimientos y la experiencia para sortear los muchos desafíos que la disciplina conlleva”.

Por Lina Díaz Brabo*

El programa de gobierno de Gabriel Boric contempla una serie de medidas en materias corporativas, entre las que se cuentan la obligación de implementar programas y designar oficiales de cumplimiento en determinadas empresas y organismos. Tras su triunfo en las urnas, ya se avizora una creciente actividad en estudios de abogados, consultoras, certificadoras y profesionales del compliance marcando presencia, abriendo mercado. Y esto es positivo para el país, nada mejor que más expertos dispuestos a trabajar y avanzar hacia la consolidación de esta importante disciplina. Sin embargo, aquí también hay un riesgo importante.

En mi experiencia, una parte no menor de quienes están hoy en estas funciones de compliance llegó al cargo con muy poca o ninguna preparación previa, especialmente en la gestión de riesgos y específicamente, en los riesgos asociados a la materia de compliance que se busca cubrir. Esto se traduce en errores de diseño o implementación que finalmente afectan la efectividad de un programa. Y es que no es lo mismo trabajar con modelos de prevención de delitos que diseñar e implementar programas de cumplimiento en libre competencia o protección de los derechos de los consumidores. Estas últimas materias no han tenido la extensión y penetración del compliance penal y no son espacios para tomar por extrapolación; se requiere preparación, conocimiento técnico así como la creación y aplicación de estándares.

Por ello, las empresas que realmente buscan sacarle partido al compliance (no uno de papel) deberán procurar que tanto el diseño, la implementación y posterior administración de sus programas, se encargue a quienes realmente tengan los conocimientos y la experiencia para sortear los muchos desafíos que la disciplina conlleva. Confiemos en que el mercado chileno, como ya pasa en otros países; comience a exigir, o al menos preferir, a quienes puedan refrendar el marketing personal con pruebas ciertas de competencia en compliance, lo que se conoce en otras latitudes como fit for the role (apto para la función).

Lina Díaz Brabo es Socia fundadora y Directora de la firma española Connecting Compliance SL. Abogada por la Pontificia Universidad Católica de Chile, es LL.M in International Legal Studies, specialization in International Trade; LL.M in Law and Govern​ment – specialization in Business & Financial Regulation (ambos de American University Washington College of Law). Anteriormente fue la Coordinadora de Compliance del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC).

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